sábado, 31 de diciembre de 2016

(...) Cuando se dio cuenta por primera vez, su corazón estuvo a punto de romperse; pero ahora parecía ser el aspecto redentor del romance. Este, en dos palabras, había sido de los que habían tenido la mayoría de los jóvenes de su edad, y de los que salían con la conciencia tranquila y una imperturbable fe en la abismal distinción entre la mujer que uno ama y respeta y las que uno disfruta... y compadece. A creerlo le instigaban cuidadosamente su madre, sus tías y otras parientes de edad que compartían sin excepción la opinión de Mrs. Archer de que, cuando "pasan esas cosas", el hombre ha hecho sin duda una tontería, pero la mujer ha cometido un delito. Todas las señoras de edad a las que Archer conocía tenían a toda mujer que amara imprudentemente por necesariamente artera y falta de escrúpulos, y a los pobres y necios hombres por víctimas impotentes en sus garras. Lo único que podía hacerse con estos últimos era convencerles de que se casaran lo antes posible con una chica bien, y entonces confiarlos a su custodia.

La edad de la inocencia- Edith Wharton.

jueves, 29 de diciembre de 2016

La condesa movió la cabeza de un lado a otro y suspiró.
-¡Oh, lo sé, lo sé! Pero siempre que no oigan nada desagradable. La tía Welland me lo dijo con esas mismas palabras cuando intenté... ¿Es que aquí nadie quiere saber la verdad? ¡La verdadera soledad consiste en vivir entre toda esa gente encantadora que sólo te pide que finjas!- se llevó las manos al rostro, y el joven vio cómo se estremecían en un sollozo sus delgados hombros.
-¡Madame Olenska!... ¡Oh, Ellen, no!- exclamó, levantándose e inclinándose sobre ella.
Tiró hacia abajo de una de sus manos, apretándola y acariciándola como si fuera la de una niña, mientras murmuraba palabras tranquilizadoras; pero ella se liberó enseguida, mirándole a través de las húmedas pestañas.
-¿Es que aquí tampoco llora nadie? Supongo que en el cielo no hace falta-dijo, enderezándose los tirabuzones sueltos mientras rompía a reír y se inclinaba sobre la tetera.

La edad de la inocencia- Edith Wharton.
-Los Van der Luyden- dijo Archer, sintiéndose pomposo a medida que hablaba- son la pareja más influyente de la sociedad neoyorquina. Lamentablemente reciben muy poco.
Ella soltó las manos de detrás de la cabeza y le miró, pensativa.
-¿No será ésta la razón?
-¿La razón...?
-De se gran influencia; que se hagan tanto de rogar.
Archer se sonrojó un poco, la miró fijamente... y, repetidamente, sintió cuán penetrante era el comentario. De un solo golpe había pinchado a los Van der Luyden y éstos se habían desinflado. Se echó a reír, sacrificándolos.

La edad de la inocencia- Edith Wharton.

miércoles, 28 de diciembre de 2016

-¿No ves que la finalidad de la neolengua es limitar el alcance del pensamiento, estrechar el radio de acción de la mente? Al final, acabaremos haciendo imposible todo crimen del pensamiento. En efecto, ¿cómo puede haber crimental si cada concepto se expresa claramente con una sola palabra, una palabra cuyo significado esté decidido rigurosamente y con todos sus significados secundarios eliminados y olvidados para siempre? (...)
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(...) Era curioso pensar que el cielo era el mismo para todo el mundo, lo mismo para los habitantes de Eurasia y de Asia Oriental, que para los de Oceanía. Y en realidad las gentes que vivían bajo ese mismo cielo eran muy parecidas en todas partes, centenares o millares de millones de personas como aquélla, personas que ignoraban mutuamente sus existencias, separadas por muros de odio y mentiras, y sin embargo exactamente iguales; gentes que nunca habían aprendido a pensar, pero que almacenaban en sus corazones, en sus vientres y en sus músculos la energía que en el futuro habría de cambiar el mundo. (...)

1984-George Orwell
Por primera vez comprendió la magnitud de lo que se proponía hacer. ¿Cómo se iba a comunicar con el futuro? Esto era imposible por su propia naturaleza. Una de dos: o el futuro se parecía al presente y entonces no le haría ningún caso, o sería una cosa distinta y, en tal caso, lo que él dijera carecería de todo sentido para ese futuro.

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El Partido dijo que Oceanía nunca había sido aliada de Eurasia. Él, Winston Smith, sabía que Oceanía había estado aliada con Eurasia cuatro años antes. Pero, ¿dónde constaba ese conocimiento? Sólo en su propia conciencia, la cual, en todo caso, iba a ser aniquilada muy pronto. Y si todos los demás aceptaban la mentira que impuso el Partido, si todos los testimonios decían lo mismo, entonces la mentira pasaba a la Historia y se convertía en verdad. "El que controla el pasado", decía el slogan del Partido, "controla también el futuro. El que controla el presente, controla el pasado". Y, sin embargo, el pasado, alterable por su misma naturaleza, nunca había sido alterado. Todo lo que ahora era verdad, había sido verdad eternamente y lo seguiría siendo. Era muy sencillo. Lo único que se necesitaba era una interminable serie de victorias que cada persona debía lograr sobre su propia memoria. A esto le llamaban "control de la realidad". Pero en neolengua había una palabra especial para ello: doblepensar.

1984-George Orwell.

viernes, 25 de noviembre de 2016

Las chicas están de vuelta.
Un segundo pensamiento seguía siempre al primero, un misterio engendraba otro: todas las demás personas, ¿estaban realmente tan vivas como ella? Por ejemplo, ¿era su hermana tan importante, tan valiosa para sí misma como Briony era para Briony? (...) ¿Tenía también su hermana un yo real escondido detrás de una ola que rompe, y dedicaba tiempo a pensar en ello, con un dedo alzado ante la cara? ¿Lo tenía todo el mundo, incluso su padre, y Betty, y Hardman? Si la respuesta era sí, entonces el mundo, el mundo social, era insoportablemente complicado, con dos mil millones de voces, y los pensamientos de cada cual luchando por poseer igual importancia, y todo el mundo reclamando intensamente el mismo derecho a la vida, y todos pensando que eran seres únicos, cuando nadie lo era. Uno podía ahogarse en la intrascendencia. Pero si la respuesta era no, entonces Briony estaba rodeada de máquinas, inteligentes y agradables por fuera, pero desprovistas de la viva y privada sensación interior que ella tenía. Aquello era algo siniestro y solitario, además de increíble. Pues aunque ofendiese a su sentido del orden, sabía que era abrumadoramente probable que todo el mundo tuviera pensamientos como los suyos. Lo sabía, pero sólo en términos de estéril teoría; en realidad no lo sentía.

Expiación- Ian Mc Ewan.
Pero cajones secretos, diarios bajo llave y sistemas criptográficos no le ocultaban a Briony la sencilla verdad: que no tenía secretos. Su anhelo de un mundo organizado y armonioso le denegaba las posibilidades temerarias de una mala conducta. El tumulto y la destrucción eran, para su gusto, demasiado caóticos, y en su talante no había crueldad. Su estatuto, en la práctica, de hija única, y el relativo aislamiento de la casa Tallis, al mnos durante las largas vacaciones del verano, de las intrigas femeniles con amigas. Nada en su vida era lo bastante interesante o vergonzoso para merecer un escondrijo; nadie sabía lo de la calavera de ardilla debajo de su cama, pero nadie quería saberlo (...).

Expiación- Ian McEwan

martes, 22 de noviembre de 2016

Todo está tan lejos y tan cerca. Una simple pared fina como un espejo separa el mundo de hoy del mundo de ayer. No hablo de la nostalgia. Esa pena desamparada nunca me causó placer. Hablo de sustancia, de sensaciones, de la parte más lógica de mi vida.
Algo me fue dado, algo me fue quitado. Lo que está definitivamente ausente de mi infancia: haber tenido un padre, haber crecido al lado de él en la dulzura del hogar familiar. Sin nostalgia y sin extraordinaria ilusión sé que esto me faltó. Cuando un hombre, día tras día, mira cambiar la luz en el rostro de la mujer que ama, cuando espía cada resplandor furtivo de su hijo. Todo esto, que jamás ningún retrato ni ninguna foto podrá captar.
Pero me acuerdo de todo lo que recibí cuando llegué por primera vez a África: una libertad tan intensa que me quemaba, me embriagaba y la gozaba hasta el dolor.
No quiero hablar de exotismo; los niños son absolutamente ajenos a este vicio. No porque vean a través de los seres y de las cosas, sino porque, justamente, sólo ven eso: un árbol, un hueco en la tierra, una colonia de hormigas constructoras, una banda de chicos turbulentos en busca de un juego, un viejo de ojos nublados que tiende una mano descarnada, una calle en un pueblo africano un día de mercado, eran todas las calles de todos los pueblos, todos los chicos, todos los árboles y todas las hormigas. Ese tesoro está siempre vivo en el fondo de mí y no puede ser extirpado. Mucho más que de simples recuerdos, está hecho de certezas.

El africano-J.M.G. Le Clézio.
(...) No recuerdo lo que ella nos decía, a mi hermano y a mí, cuando nos hablaba del país donde había vivido con mi padre, donde debíamos volver algún día. Sólo sé que, cuando mi madre decidió casarse con mi padre e ir a vivir a Camerún, sus amigas parisienses le dijeron: "¿Cómo, entre los salvajes?", y que ella, después de todo lo que mi padre le había contado, sólo pudo contestar: "¡No son más salvajes que la gente de París!".

El africano- J.M.G. Le Clézio.

lunes, 21 de noviembre de 2016

(...) Lo mejor en la vida, me decía siempre, se vive una noche y desaparece con el día. Ono, eso que la gente llama el mundo flotante, es un mundo que Gisaburo sabía apreciar muy bien.

Un artista del mundo flotante- Kazuo Ishiguro.
Pero está visto que todos tenemos nuestra propia idea de nosotros mismos, y si bien la modestia del Tortuga le impidió disimular su carácter tímido, no le inhibió en absoluto a la hora de atribuirse un aire noble e intelectual del que yo no tengo constancia. Ahora bien, para ser justos, no recuerdo a ningún colega que se hiciese un autorretrato con total honradez. Por muy fiel y detalladamente que uno quiera plasmar la imagen que de sí mismo ve en el espejo, la personalidad que queda representada corresponde pocas veces a la realidad que ven los demás.

Un artista del mundo flotante- Kazuo Ishiguro.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Ahí empecé a enterrar a mi madre y a sus sueños rojos. A la fugaz estrella de su vida y a la omnipresente estela de su ausencia.

Aparecida-Marta Dillon.

martes, 18 de octubre de 2016

-¿Cómo termina?
Así. A mí me parecía un buen fin.
Además, yo odiaba los finales. En los finales, las cosas, para bien o para mal, siempre tienen que tener un sentido. A mí me gustaba contar combates entre extraterrestres y terrícolas sin una razón, viajes espaciales en busca de nada. Y me gustaban los animales salvajes que vivían sin un porqué, sin saber que iban a morir. Me sacaba de quicio que, cuando veíamos una película, mis padres se pusieran siempre a hablar del final, como si toda la historia consistiese en eso y lo demás no contase.
¿Así que era lo mismo en la vida real, sólo el final importaba? ¿No contaba nada la vida de mi abuela y sólo su muerte en aquel horrible hospital era importante?

Tú y yo- Niccolò Ammaniti. 
No empecé a hablar hasta los tres años y la conversación nunca fue mi fuerte. Cuando un desconocido me dirigía la palabra, le contestaba sí, no, no lo sé. Y si insistía, le contestaba lo que quería oír.
Las cosas, una vez pensadas, ¿qué necesidad hay de decirlas? 

Tú y yo- Niccolò Ammaniti.

lunes, 17 de octubre de 2016

La verdad era lo último que tenía en mente, e incluso si existía no la quería en mi casa. Edipo salió a buscar la verdad y cuando la encontró, su vida se fue al carajo.
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Las canciones son como sueños que debes luchar por hacer realidad; países ignotos en los que hay que penetrar. Puedes escribir una canción donde sea, en el compartimiento de un tren, en un barco, a caballo; el movimiento alimenta la inspiración.
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Me gustaba la noche. Todas las cosas crecen de noche. Mi imaginación está despierta de noche. Todos mis prejuicios sobre las cosas se desvanecen. A veces, uno busca el paraíso en el sitio equivocado. Podría estar bajo tus pies. O en tu propia cama.

Crónicas-Bob Dylan.

domingo, 16 de octubre de 2016

Me hallaba en Nueva York, la ciudad que iba a perfilar mi destino. La moderna Gomorra. Estaba en el punto de partida, pero no era en absoluto un novato.
Llegué en lo más crudo del invierno. Hacía un frío brutal, y todas las arterias de la ciudad estaban recubiertas de nieve, pero yo había salido del norte glacial, de un rincón de la tierra donde los bosques gélidos y las carreteras heladas eran moneda corriente. Podía superar las limitaciones. No iba en busca de dinero ni amor. Me sentía extremadamente despierto, iba a la mía, era un tipo poco práctico y, para colmo, un visionario. Estaba totalmente decidido y no necesitaba ningún tipo de aval. Tampoco conocía un alma en aquella oscura metrópoli congelada, pero eso iba a cambiar... muy pronto. 
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Mi aliento se congelaba en el aire, pero no sentía frío. Iba camino del estrellato; no me cabía la menor duda. ¿Podía ser que estuviera engañándome? No. No creo que tuviera imaginación suficiente para ello; tampoco albergaba falsas esperanzas. Venía de muy lejos y de muy abajo, y ahora el destino estaba por revelarse. Tenía la sensación de que me miraba a la cara, sólo a mí.

Crónicas-Bob Dylan.

domingo, 4 de septiembre de 2016

No obstante, una mujer, una maestra, observó:
-La impresión que nos hubiese causado el crimen no hubiera sido tan tremenda si no se hubiese tratado justamente de los Clutter. De alguien menos admirado que ellos, menos próspero y seguro. Pero es que esa familia representaba todo cuanto la gente de por acá realmente valora y respeta. Y que una cosa así les haya podido suceder precisamente a ellos..., bueno, es como si nos dijeran que no existe Dios. Hace que la vida carezca de sentido. Creo que la gente se halla, más que asustada, profundamente deprimida.

A sangre fría-Truman Capote.
Paseando el otro día en la mañana
me encontré un amigo de la niñez,
hablaba con nostalgia de la infancia
qué dura se ha vuelto la vida después. 


Qué largos parecían los días
eternas las tardes sin saber qué hacer,
ahora el tiempo pasa y no perdona
se van meses y años para no volver. 


Quién te ha visto, amigo, y quién te ve
cómo te va la vida, a mí me ha ido bien,
tan lejano el paraíso aquel,
estoy acostumbrado a vivir al este del Edén. 


Qué es lo que tiene el aire en la mañana
que limpia los temores de mi corazón,
las dudas que anoche eran tinieblas
son simples tonterías a la luz del sol


Vivir al este del Edén- La unión. 

lunes, 18 de julio de 2016

Pero el juego sólo sirve para nombres de varón. Porque, si nace una niña, Laila ya sabe cómo va a llamarse. 

Mil soles espléndidos- Khaled Hosseini. 
La frase perfecta para terminar de emocionarse con este libro hermoso.
A babi le correspondió la tarea más dolorosa.
Lo encontró de pie en su estudio con expresión compungida, observando sus estantes. Llevaba una camiseta de segunda mano con una imagen del puente rojo de San Francisco. Una densa niebla ascendía de las aguas espumosas y engullía las torres del puente.
-Ya conoces esa vieja historia- dijo él-. Estás en una isla desierta y sólo puedes tener cinco libros. ¿Cuáles escogerías? Nunca pensé que tendría que hacerlo realmente.

Mil soles espléndidos- Khaled Hosseini.
-¿Por qué se ha fijado tu corazoncito en una vieja fea como yo?-musitaba Mariam en los cabellos de Aziza-. ¿Eh? Yo no soy nada, ¿no te das cuenta? Sólo una dehati. ¿Qué puedo ofrecerte yo?
Pero la pequeña se limitaba a soltar unos gemidos satisfechos y a acercar aún más su cara. Y cuando lo hacía, Mariam se sentía desfallecer. Se le llenaban los ojos de lágrimas. Se le alegraba el corazón. Y se maravillaba de que, después de tantos años de soledad, hubiera hallado en aquella criatura el primer lazo auténtico y sincero en toda una vida de vínculos falsos y fracasados.
 
Mil soles espléndidos- Khaled Hosseini.
Por la noche fueron al barrio de Chaman y, desde detrás de Rashid, Mariam contempló los fuegos artificiales que iluminaban el cielo con destellos verdes, rosas y amarillos. Echaba de menos poder sentarse con el ulema Faizulá a la puerta del kolba para observar los fuegos artificiales que estallaban sobre Herat en la lejanía, y las súbitas explosiones de color reflejadas en los ojos amables y aquejados de cataratas de su tutor. Pero, sobre todo, echaba de menos a Nana. Mariam deseó que su madre estuviera viva para ver todo aquello. Para verla a ella, en medio de todo aquello. Para ver por fin que la alegría y la belleza no eran cosas inalcanzables. Ni siquiera para personas como ellas.

Mil soles espléndidos- Khaled Hosseini.
-Puede que esto te ayude-dijo Garry. Se llevó las manos a la cara, manipuló sus rasgos, les dio forma. Su cara era tan dúctil como la plastilina templada.
(...)
Richard conocía bien la nueva cara: la había afeitado cada mañana desde que terminó el colegio; había cepillado sus dientes, explotado sus espinillas y, en alguna que otra ocasión, había deseado que se pareciera más a la de Tom Cruise, o la de John Lennon, o la de cualquier otra persona, en realidad. Era, naturalmente, su propia cara. 

Neverwhere-Neil Gaiman.
A simple vista, hay cuatro elementos fundamentales que permiten distinguir al señor Croup del señor Vandemar: primero, el señor Vandemar le saca dos cabezas y media al señor Croup; segundo, los ojos del señor Vandemar son de un desvaído color azul cobalto, mientras que los ojos del señor Croup son marrones; tercero, mientras que el señor Vandemar se fabricó los anillos que luce en su mano derecha con las calaveras de cuatro cuervos, el señor Croup no lleva joyas a la vista; cuarto, al señor Croup le gustan las palabras, en cambio, el señor Vandemar siempre está hambriento. Además, no se parecen en nada.

Nevewhere-Neil Gaiman.
Sigo cruzando ríos, andando selvas, amando el Sol,
cada día sigo sacando espinas de lo profundo del corazón,
en la noche sigo encendiendo sueños
para limpiar con el humo sagrado cada recuerdo.

Cuando escriba tu nombre en la arena blanca con fondo azul,
cuando mire al cielo en la forma cruel de una nube gris aparezcas tú,
una tarde suba una alta loma,
mire el pasado sabrás que no te he olvidado.


Yo te llevo dentro; hasta la raíz,
y por más que crezca vas a estar aquí,
aunque yo me oculte tras la montaña
y encuentre un campo lleno de caña,
no habrá manera mi rayo de Luna que tú te vayas.


Pienso que cada instante sobrevivido al caminar
y cada segundo de incertidumbre,
cada momento de no saber, son la clave exacta
de ese tejido que ando cargando bajo la piel,
así te protejo; aquí sigues dentro.


Yo te llevo dentro; hasta la raíz,
y por más que crezca vas a estar aquí,
aunque yo me oculte tras la montaña
y encuentre un campo lleno de caña,
no habrá manera mi rayo de Luna que tú te vayas,
que tú te vayas. 


Hasta la raíz-Natalia Lafourcade. Repetir hasta el infinito.

lunes, 4 de julio de 2016

Si un asunto es importante, debe conservar algo de oscuridad. Los que hablan a los gritos no tienen nada que decir.

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Las casualidades producen alegría. Se tiene la sensación de haber captado una evidencia de un orden secreto, pero en realidad se trata de un simple capricho de sincronía.

Hospital Posadas- Jorge Consiglio.

jueves, 24 de marzo de 2016

 Mi tailleuse había intentado hacerlo lo más bonito posible; ya que, como señaló juiciosamente, era «si triste… si peu voyant» que resultaba imperativo seguir la moda: fue una suerte que pensara así, pues yo no tenía ni flores ni joyas para animarlo; y, lo que era peor, tampoco tenía una tez sonrosada.
Olvidamos esas deficiencias en medio de la monótona rutina del trabajo cotidiano, pero aparecen ante nosotros con toda su crudeza en las brillantes ocasiones en que la belleza debería resplandecer.

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El mundo puede comprender muy bien que alguien muera por falta de alimentos; pero muy pocas personas son capaces de entender que alguien enloquezca de aislamiento.

Villette-Charlotte Brontë.
La Razón, aquella arpía, no me permitía alzar la mirada, ni sonreír, ni abrigar esperanzas: no descansaba hasta verme hundida, descompuesta, acobardada. Según ella, yo sólo había nacido para ganarme el pan con el sudor de mi frente, esperar la muerte, y vivir siempre sumida en el abatimiento. Es posible que la Razón estuviera en lo cierto; pero no es extraño que a veces nos alegremos de desafiarla, huyendo de su mano de hierro y dando unas horas de holganza a la Imaginación… su suave y brillante enemiga, nuestro dulce Amparo, nuestra divina Esperanza. Podemos y debemos romper de vez en cuando las ataduras, a pesar de la terrible venganza que nos aguarda a nuestro regreso.

Villette-Charlotte Brontë.

sábado, 12 de marzo de 2016

Porque me duele si me quedo,
pero me muero si me voy,
por todo y a pesar de todo, mi amor,

yo quiero vivir en vos.

Por tu decencia de vidala

y por tu escándalo de sol,
por tu verano con jazmines, mi amor,
yo quiero vivir en vos.


Porque el idioma de infancia
es un secreto entre los dos,
porque le diste reparo
al desarraigo de mi corazón.


Por tus antiguas rebeldías
y por la edad de tu dolor,
por tu esperanza interminable, mi amor,
yo quiero vivir en vos.

Para sembrarte de guitarra,
para cuidarte en cada flor
y odiar a los que te castigan, mi amor,
yo quiero vivir en vos.


Serenata para la tierra de uno- María Elena Walsh.
Tantas veces me mataron,
tantas veces me morí,
sin embargo estoy aquí,
resucitando.
Gracias doy a la desgracia
y a la mano con puñal
porque me mató tan mal,
y seguí cantando.

Cantando al sol como la cigarra
después de un año bajo la tierra,
igual que sobreviviente
que vuelve de la guerra. 
(...)

Como la cigarra- María Elena Walsh.

martes, 8 de marzo de 2016

-¡Ah! Eso dice también la buena gente que viene aquí a verlas-respuso el anciano, sacudiendo la cabeza-. Pero yo opino otra cosa. "Qué bonita costumbre la que se tiene en esta parte del país", me dicen a veces, "la de plantar flores en las tumbas, pero qué triste verlas marchitarse y morir". Yo les pido perdón y les contesto que, tal como yo lo veo, eso es señal de que los vivos son felices. Y que así sea. Es ley natural.
-Tal vez los apenados familiares y amigos aprenden así a mirar al cielo azul de día y a las estrellas de noche y piensan que los muertos están allí y no en las tumbas-afirmó la niña con tono serio.

La tienda de antigüedades- Charles Dickens.
La niña admiró y alabó su obra, y poco después se marchó, pensando, por el camino, en lo extraño que era que aquel anciano, que extraía de sus trabajos y de cuanto lo rodeaba una moral tan austera, no se la aplicara a sí mismo y que, mientras disertaba sobre lo aleatorio de la vida humana, pareciera considerarse a sí mismo, en palabra y obra, poco menos que inmortal. Pero sus cavilaciones no se detuvieron allí, pues era lo suficientemente lista para pensar que, por un designio misericordioso de la naturaleza, tal era el predicamento de los humanos y que el viejo sepulturero, con sus planes para el verano siguiente perfectamente trazados, era el prototipo mismo de la humanidad en su conjunto.

La tienda de antigüedades-Charles Dickens.
Tras rogar a la anciana y al caballero que no dudaran de la veracidad de tan interesantes particulares, el señor Chuckster los entretuvo con cotilleos del mundillo del teatro y de la corte, concluyendo así una brillante y fascinante conversación que mantuvo él solo, sin interrupción, durante más de tres cuartos de hora.

La tienda de antigüedades- Charles Dickens.
¡Ah, los días de fiesta! ¿Por qué dejan cierto pesar en el alma? ¿Por qué no podemos desplazarlos en nuestra memoria, aunque sólo sea una semana o dos, para situarlos a una distancia cómoda donde poder contemplarlos, bien con una calmada indiferencia, bien como un agradable recuerdo? 

La tienda de antigüedades- Charles Dickens.
(...) Recibió con buen humor las disculpas que le presentó Nell por haberse despertado tan tarde y le dijo que no se preocupara, que podía haberse levantado a las doce del mediodía si hubiera querido.
-¿Por qué no, si te sienta bien?- apostilló la dueña de la caravana-. Cuando estás cansada, lo mejor es dormir todo lo que puedas; así te despiertas como nueva. Esta es otra bendición de los jóvenes: poder dormir profundamente.

La tienda de antigüedades- Charles Dickens. Completamente de acuerdo con lo que dice la señora Jarley, dormir es hermoso.
Una vez más se dio cuenta de que no sabía concebir la historia, lo que se llamaba en general curso de la historia, y que ésta se presentaba a su pensamiento como el desarrollo de la vida en el reino vegetal. En invierno, bajo la nieve, las ramas desnudas de un bosque son flacas y misérrimas como los pelos de una verruga senil. En primavera, en pocos días se transforma el bosque, se eleva hasta el cielo, y en los recovecos de su follaje es fácil perderse, puede esconderse uno. En esta transformación el bosque se mueve con una rapidez que supera la de los animales, porque el animal no crece tan de prisa como una planta. Y, sin embargo, nadie logra descubrir este movimiento del crecimiento. Siempre lo encontramos inmóvil. Y en esta misma inmovilidad volvemos a encontrar la vida de la sociedad, la historia, que también se mueve eternamente, eternamente muda, aunque sus transformaciones no pueden advertirse de inmediato.

Doctor Zhivago- Boris Pasternak.
Lo que él había escrito durante la pasada noche se dividía en dos grupos. Las cosas ya familiares, copiadas en la nueva redacción, habían sido escritas ordenadamente, con una bella caligrafía. Las nuevas, en cambio, estaban escritas a toda prisa, con abreviaciones, señales y trazos ininteligibles.
Al descifrarlas experimentó la desilusión de siempre. La noche anterior aquellos esbozos le habían hecho llorar e incluso algunos fragmentos lo llenaron de sorpresa. Ahora, precisamente éstos eran los que le desilusionaban y amargaban porque los encontraba con toda evidencia algo artificiosos.
Durante toda su vida soñó en una originalidad sobria, atenuada, irreconocible externamente, oculta bajo el velo de una forma obvia y familiar. Durante toda la vida había cuidado la elaboración de ese lenguaje simple y mesurado, en virtud del cual el lector y el oyente señorearan el contenido sin darse cuenta de la forma como lo asimilaban. Toda la vida había buscado un estilo inadvertido, que no llamase la atención, y se asustó al comprobar cuán lejos estaba todavía de su ideal.

Doctor Zhivago- Boris Pasternak.
(...) Creí encontrarme con un soldado violento o un revolucionario con la manía de la represión, y no era ni uno ni otro. Siempre es agradable que alguien sea distinto de como lo hemos imaginado. Pertenecer a un solo tipo significa el fin del hombre, su condena. Si, en cambio, no se sabe cómo catalogarlo, se escapa a una definición, es ya en gran parte un hombre vivo, libre de sí mismo, con una partícula de inmortalidad.
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(...) Como puede ver, con todos los gobiernos he tenido relaciones y protectores y con cada régimen he sufrido y perdido algo. Sólo en los libros mediocres los hombres están divididos en dos campos y nunca entran en contacto. Pero en la realidad todo se mezcla.

Doctor Zhivago- Boris Pasternak

martes, 1 de marzo de 2016

Río abajo voy llevando la jangada,
río abajo por el alto Paraná.
Es el peso de la sombra derrumbada,
que buscando el horizonte bajará.

Río abajo, río abajo, río abajo,
a flor de agua voy sangrando esta canción.
En el sueño de la vida y el trabajo
se me vuelve camalote el corazón.

 
Jangadero, jangadero,
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
con el anhelo del agua que se va.

Padre río, tus escamas de oro vivo
son la fiebre que me lleva más allá.
Voy detrás de tu horizonte fugitivo
y la sangre con el agua se me va.


Banda, banda; sol y luna; cielo y agua:
espejismo que no acaba de pasar.
Piel de barro, fabulosa lampalagua
me devora la pasión de navegar.

Jangadero, jangadero,
mi destino por el río es derivar
desde el fondo del obraje maderero,
con el anhelo del agua que se va.


Canción del jangadero-Jaime Dávalos.

jueves, 18 de febrero de 2016

La literatura es el arte de descubrir algo extraordinario sobre gente ordinaria y decir con palabras ordinarias algo extraordinario.
 Boris Pasternak.

lunes, 15 de febrero de 2016

Pero tales somos los hombres en general, que indignados y furiosos nos rebelamos contra los males leves , y nos sometemos sin chistar a los graves, tolerando, no resignados sino abatidos, lo que al principio llamábamos insoportable.

Los novios-Alessandro Manzoni.
Lorenzo alborotando de noche en casa ajena, adonde se había introducido furtivamente, y sitiando al dueño en un cuarto, tenía toda la apariencia de un opresor, y sin ambargo, era en realidad el oprimido. Don Abundo sorprendido, puesto en fuga y atemorizado mientras se ocupaba sosegadamente en sus negocios pudiera parecer una víctima; con todo, examinando bien el asunto, él era quien faltaba a su deber. Así van las cosas en este mundo... Quiero decir, así iban en el siglo decimoséptimo.

Los novios- Alessando Manzoni.

miércoles, 10 de febrero de 2016

El lector se arrodilla como el arqueólogo, trepa escalera como el restaurador, fortalece músculos con el diccionario de María Moliner, huronea de tomo en tomo. Lee de pie y escarba en librerías, sufriendo la melancólica anemia de su bolsillo, el despiste de los libreros y la necesidad del ángel que lo aliente para desmalezar la selva de los libros chatarra.
Lo creíamos sedentario y en realidad es un atleta, comparado con prójimos que sortean estas gimnasias y se solidifican en ángulo recto frente a las pantallas...

María Elena Walsh.