domingo, 30 de agosto de 2015

Nunca pensé encontrarme con el diablo
Tan vivo y sano como vos y yo
Tenía la risa que le dan los años
Y la confianza que le da el temor.


Nunca pensé encontrarme con el sabio
Que me analiza como una ecuación
Que espera una respuesta de mis labios
Mientras estoy cantando esta canción.

Yo solo soy un pedazo de tierra,
No me confunda señor por favor.
Yo solo soy uno más en la tierra
Yo solo soy uno más bajo el sol.

(...)


Qué tensión que hay en el ambiente
Cuántos pensarán como yo.
Si las papas están calientes
¿por qué tengo que ser yo

el que dé el primer mordiscón?

Encuentro con el diablo-Serú Girán.
Están pasando demasiadas cosas raras
para que todo pueda seguir tan normal.
Desconfío de tu cara de informado
y de tu instinto de supervivencia.

Hace tiempo que no leo ni veo nada
porque me ofende que todo esté tan mal.
Y hasta las personas lindas me dan rabia,
y los chicos y las chicas no hacen nada por cambiar.


Bancate ese defecto-Charly García.
-¿Y cuándo naciste?
Momo pensó un rato y dijo, por fin:
-Por lo que puedo recordar, siempre he existido. 

Momo-Michael Ende.

-Ves, Momo-le decía, por ejemplo-, las cosas son así: a veces tienes ante ti una calle larguísima. Te parece tan terriblemente larga, que nunca crees que podrás acabarla.
Miró un rato en silencio a su alrededor; y siguió:
-Y entonces te empiezas a dar prisa, cada vez más prisa. Cada vez que levantas la vista, ves que la calle no se hace más corta. Y te esfuerzas más todavía, empiezas a tener miedo, al final estás sin aliento. Y la calle sigue estando por delante. Así no se debe hacer.
Pensó durante un rato. Entonces siguió hablando:
-Nunca se ha de pensar en toda la calle de una vez, ¿entiendes? Sólo hay que pensar en el paso siguiente, en la inspiración siguiente, en la siguiente barrida. Nunca nada más que en el siguiente. (...)
Después de una nueva y larga interrupción, siguió:
-De repente se da uno cuenta de que, paso a paso, se ha barrido toda la calle. Uno no se da cuenta cómo ha sido, y no se está sin aliento.

Momo-Michael Ende.
Y cuando escuchaban los acontecimientos conmovedores o cómicos que se representaban en la escena, les parecía que la vida representada era, de modo misterioso, más real que su verdadera vida cotidiana. Y les gustaba contemplar esa otra realidad. 

Momo-Michael Ende. Porque libros como estos están hechos para releerlos y guardarlos en un lugar especial del corazón. 

viernes, 14 de agosto de 2015

Estas narraciones apasionantes despertaron en mí extraños y confusos pensamientos. ¿Realmente era el ser humano tan poderoso, tan virtuoso y magnífico, y al mismo tiempo tan vil y vicioso? A veces parecía sólo un instrumento del mal, y en otras ocasiones, encarnaba virtudes nobles y divinas. El mayor honor al que podía aspirar el hombre parecía ser demostrarse magnífico y virtuoso, mientras que ser cruel e infame parecía ser prueba de decadencia y degradación, testimonio de una condición más baja que la del ciego topo o el miserable gusano de tierra. No logré comprender durante mucho tiempo cómo podía el ser humano cometer un acto tan horrendo como matar a un semejante, o por qué existían leyes o gobiernos. Pero cuando supe algunas cosas más sobre el vicio y el crimen, dejé se sorprenderme para no sentir más que vergüenza y disgusto.

Frankenstein- Mary W. Shelley.
(...)¡Ah, Víctor! Si lo falso puede parecerse tanto a lo verdadero, ¿quién puede asegurarse gozar de felicidad real? (...)
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La sublime belleza de aquel paisaje me procuró el mayor consuelo a que podía aspirar. Me sentía elevado por encima de todo sentimiento mezquino, y aunque no podía librarme de mis sufrimientos, me ayudaba a calmarlos y adormecerlos. (...) La contemplación de la magnificencia de la naturaleza siempre ennoblecía mis sentimientos y me permitía olvidar las efímeras preocupaciones de la vida

Frankenstein- Mary W. Shelley.

domingo, 9 de agosto de 2015

-Es verdad, señora... Ha muerto su suegro.
En efecto, el señor Bovary padre había fallecido la antevíspera, de repente, de un ataque de apoplejía, al levantarse de la mesa y, por exceso de precaución para la sensibilidad de Emma, Carlos había rogado al señor Homais que le diera con cuidado esta horrible noticia.
Él había meditado la frase, la había redondeado, pulido, puesto ritmo, era una obra maestra de prudencia y de transiciones, de giros finos y de delicadezas, pero la cólera había vencido a la retórica.

Madame Bovary-Gustave Flaubert.
El día siguiente fue para Emma un día fúnebre. Todo le parecía envuelto en una atmósfera negra que flotaba confusamente sobre el exterior de las cosas, y la pena se hundía en su alma con aullidos suaves, como hace el viento en los castillos abandonados. Era ese ensueño que nos hacemos sobre lo que ya no volverá, el cansancio que nos invade después de cada tarea realizada, ese dolor, en fin, que nos causa la interrupción de todo movimiento habitual, el cese brusco de una vibración prolongada.

Madame Bovary- Gustave Flaubert.
-Es como yo-replicó León-; ¿qué mejor cosa, en efecto, que estar por la noche al lado del fuego con un libro, mientras el viento golpea los cristales y arde la lámpara?
-¿Verdad que sí?-dijo ella, fijando en él sus grandes ojos negros bien abiertos. 
-No se piensa en nada-proseguía él-, las horas pasan. Uno se pasea inmóvil por países que cree ver; y sus pensamientos, enlazándose a la ficción, se recrea en los detalles o sigue el hilo de las aventuras. Se identifica con los personajes, parece que somos nosotros mismos los que palpitamos bajo sus trajes.
-¡Es verdad!-decía ella-, ¡es verdad!

Madame Bovary-Gustave Flaubert.
En el fondo de su alma, sin embargo, esperaba un acontecimiento. Como los náufragos, paseaba sobre la soledad de su vida sus ojos desesperados, buscando a lo lejos alguna vela blanca en las brumas del horizonte. No sabía cuál sería su suerte, el viento que la llevaría hasta ella, hacia qué orilla la conduciría, si sería un velero o un buque de tres puentes, cargado de angustias o lleno de felicidades hasta los topes. Pero cada mañana, al despertar, lo esperaba para aquel día, y escuchaba todos los ruidos, se levantaba sobresaltada, se extrañaba de que no llegara; después, al ponerse el sol, más triste cada vez, deseaba estar ya en el día siguiente.

Madame Bovary-Gustave Flaubert.

sábado, 1 de agosto de 2015

Fue un José o un Pedro,
desapareció ayer
un hombre sin apellido,
lo levantaron y fue
otro desaparecido,
de calles y escuelas también
van cayendo sin ruido.


El mundo tiembla.

Fue una Flor o una María
a quien encontraron ayer,
aquí termina su vida
nadie la defiende de ser
nombre sin apellido,
la levantaron y fue
otra mujer sin vida.


Que el mundo tiemble.

Que explote todo por aquí,
que todo despierte,
dime si vas a permitir,
que esto suceda ante ti.
Que explote todo por aquí
que todo despierte
quién les va a pedir perdón,
o dar explicación.


Explosión-Julieta Venegas. Una canción súper emocionante y triste, pero con mucha fuerza.