miércoles, 30 de enero de 2013

El Camino sigue y sigue
desde la puerta.
El Camino ha ido muy lejos,
y si es posible he de seguirlo
recorriéndolo con pie decidido
hasta llegar a un camino más ancho
donde se encuentran senderos y cursos.
¿Y de ahí adónde iré? No podría decirlo.

martes, 22 de enero de 2013

Raro, increíble; jamás había sido tan feliz. Nada podía ser lo bastante lento; nada podía durar demasiado. No había placer que pudiera igualar, pensó mientras rectificaba la posición de los sillones, empujaba un libro adentrándolo en la estantería, este haber terminado con los placeres de la juventud, este haberse perdido en el proceso de vivir, haber hallado el proceso de vivir, con un estremecimiento delicioso, mientras el sol nacía, el día moría. Muchas veces había salido en Bourton, mientras todos hablaban, a contemplar el cielo; o se había fijado en él, visto por entre los hombros de la gente, durante la cena; y lo había contemplado en Londres, cuando no podía dormir. Se acercó a la ventana.
Por loca que la idea pareciera, algo de ella contenía aquel cielo de su tierra, aquel cielo sobre Westminster. Entreabrió las cortinas: miró. ¡Oh! ¡Qué sorpresa! ¡Desde la estancia frontera, la vieja dama la miraba rectamente! Se disponía a acostarse. (...) Era fascinante contemplarla, yendo de un lado para otro, contemplar a la anciana cruzando el cuarto, acercándose a la ventana. ¿Podía la anciana verla a ella? Era fascinante, con gente todavía riendo y gritando en el salón, contemplar cómo aquella vieja, tan serenamente, se disponía a acostarse sola. Ahora empujó la persiana. El reloj comenzó a sonar. (...)

La señora Dalloway- Virginia Woolf.

viernes, 18 de enero de 2013

Varias veces había pasado y vuelto a pasar por el puente, la mujer, siempre espiada por el hombre, cuando el grave tañido de la campana de la iglesia de San Pablo anunció la muerte de otro día. Era medianoche para toda la ciudad; para los que habitan suntuosos palacios como para los que sufren en míseras chozas; para los que viven en las cárceles como para los recluidos en los manicomios; para los que acaban de venir al mundo en un hospicio como para los que dan el último adiós en el lecho mísero de un hospital; para el rostro rígido y frío del cadáver como para la carita del niño que duerme un sueño plácido. Era medianoche para todos.

Oliver Twist-Charles Dickens.
La espera, la cruel y horrible espera que padecemos inmóviles junto a un lecho donde se debate entre la vida y la muerte una persona tiernamente amada, los desolados pensamientos que se entronizan en el ánimo y hacen latir el corazón, detienen el aliento y evocan terribles imágenes; el deseo febril de hacer algo para aliviar su sufrimiento, para alejar el peligro contra el que somos impotentes; el abatimiento y postración que nos produce el sentimiento de esa misma impotencia... ¡No hay torturas como estas! ¿Y qué reflexiones ni esfuerzos pueden calmar en esos momentos febriles la desesperación? 

Oliver Twist-Charles Dickens.

viernes, 11 de enero de 2013

You're the only one
You're the only one
I'm so wrapped up in a daze
Hoping this is just a phase
But when all is said and done
I know you are still the one
You're the only one
You're the only one
Cupid's bow it stung
Now you're the only one

miércoles, 2 de enero de 2013

 
Cinema Paradiso
BEATRIZ: -Prima, culpa será de la música, si no sois cortejada a su debido tiempo. Si el príncipe se muestra demasiado importuno, decidle que en todo hay compás, y bailad en vez de contestarle. Porque, oídme, Hero: el enamorarse, el casarse y el arrepentirse son, respectivamente, como una giga escocesa, un minué y una zarabanda; el primer galanteo es ardiente y rápido, como la giga escocesa, y no menos fantástico; el casamiento es formal y grave, como el minué, lleno de dignidad y antigüedad; y luego viene el arrepentimiento y con sus piernas vacilantes toma parte en la zarabanda, cada vez más torpe y más pesado, hasta que se hunde en la tumba. 

Mucho ruido y pocas nueces-William Shakespeare.
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Dosmiltrce