domingo, 23 de septiembre de 2012

-Si los hombres supiesen lo que es la muerte ya no le tendrían miedo. Y si ya no le tuvieran miedo, nadie podría robarles, nunca más, su tiempo de vida.

Momo- Michael Ende.

domingo, 16 de septiembre de 2012

¡La muerte es solo la suerte
con una letra cambiada!
(...)
¡Solo diré que te quiero
si es a punta de navaja!

Embustera- Sabina.
La luna se veía grande y plateada sobre los pinos negros y hacía brillar misteriosamente las viejas piedras de las ruinas. Momo y Gigi estaban sentados en silencio el uno al lado del otro y se miraron largamente en ella: sintieron con toda claridad que, durante ese instante, ambos eran inmortales.

Momo- Michael Ende.
"Mi vida va pasando", pensaba, "entre el chasquido de las tijeras, el parloteo y las espuma de jabón. ¿Qué estoy haciendo de mi vida? El día que me muera será como si no hubiera nunca existido."
A todo eso no hay que creer que el señor Fusi tuviera algo que oponer a una charlas. Todo lo contrario: le encantaba explicar a los clientes, con toda amplitud, sus opiniones, y oír lo que ellos pensaban de ellas. Tampoco le molestaba en absoluto el chasquido de las tijeras o la espuma de jabón. Su trabajo le gustaba mucho y sabía que lo hacía bien. (...) Pero hay momentos en que uno se olvida de todo eso. Le pasa a todo el mundo.
"¡Toda mi vida es un error!", pensaba el señor Fusi. "¿Qué se ha hecho de mí? Un insignificante barbero, eso es todo lo que he conseguido ser. Pero si pudiera vivir de verdad sería otra cosa distinta."
Claro que el señor Fusi no tenía la menor idea de cómo habría de eso de vivir de verdad. Sólo se imaginaba algo importante, algo muy lujoso, tal como veía en las revistas.

Momo- Michael Ende.

domingo, 9 de septiembre de 2012

"Me gusta una buena historia bien contada. Por esa razón, a veces me veo obligado a contarlas yo mismo."

Mark Twain.
Muñequitas hechas para amar
dignas de un aparador