viernes, 22 de abril de 2011

(...) Tom dijo:
-Bueno, hoy vamos a empezar con la banda de asaltantes, y la vamos a llamar la Banda de Tom Sawyer. Todos los que quieran entrar tienen que hacer un juramento y escribir su nombre con sangre.
Todo el mundo estaba dispuesto. Así que Tom sacó una hoja de papel donde ya tenía escrito el juramento y nos la leyó. Teníamos que jurar que íbamos a ser fieles a la banda y que nunca íbamos a contar nuestros secretos; y que, si alguien le hacía algo malo a uno de la banda, alguno de nosotros iba a tener que matar a esa persona y a su familia, y que no tenía que comer ni dormir hasta que los hubiese matado y les hubiese clavado una cruz en el pecho (la cruz era el distintivo de la banda). Y que nadie que no perteneciese a la banda tenía derecho a usar ese distintivo, y que silo hacía había que demandarlo; y que si volvía a hacerlo, había que matarlo, directamente. Y que si alguien de la banda contaba los secretos de la banda, se lo podía degollar, y luego quemar el cadáver y arrojar las cenizas al aire, y su nombre sería tachado para siempre de la lista con sangre y jamás se lo volvería a nombrar, sería un nombre maldito y se lo olvidaría para siempre.
Todo el mundo consideró que era un juramento hermoso, y le preguntamos a Tom si se le había ocurrido a él solo, con su propia cabeza. (...)
Algunos consideraron que también había que matar a las familias de los que contaban los secretos. Tom dijo que era buena idea así que agarró un lápiz y lo anotó. Después Ben Rogers dijo:
-Pero y con Huck Finn ¿qué hacemos? Él no tiene familia.
(...)
Discutieron el asunto y estuvieron a punto de sacarme de la banda porque decían que todos los chicos tenían que tener una familia o algo así para poder matarla en venganza llegado el caso, que, sino, no era justo para los demás.(...) Pero pronto se me ocurrió algo y les ofrecí a la señorita Watson... les dije que podían matarla. Y todos dijeron:
-Bueno, está bien. Es justo. Huck puede entrar.
(...)
-Bien-dijo entonces Ben Rogers-, ¿a qué se dedicará la banda?
-Asaltos y asesinatos, nada más-dijo Tom.
-Sí, pero ¿qué vamos a robar? ¿Casas, ganado o qué?
-¡No seas tonto!-dijo Tom Sawyer-. Los que roban ganado y eso no son asaltantes, son rateros. ¡Nosotros no somos rateros! Eso no tiene estilo. Nosotros somos asaltantes de caminos. Detenemos diligencias y carros en el camino, vamos enmascarados. Matamos a la gente y les sacamos los relojes y el dinero.
-¿Tenemos que matarlos siempre?
-Claro, es lo mejor. Algunas autoridades en la materia opinan que no es necesario, pero la mayor parte considera que lo mejor es matarlos... salvo que los traigamos a la cueva y los mantengamos aquí prisioneros hasta que los rescaten.
-¿Hasta que los rescaten? ¿Y qué es eso?
-No sé. Pero es lo que hay que hacer. Eso dice en los libros así que es lo que tenemos que hacer nosotros.
-¿Pero cómo lo vamos a hacer si no sabemos qué es?
-¡Porque tenemos que hacerlo, maldito seas! ¿No te dije que está en los libros? Supongo que no querrás que hagamos todo diferente de los libros, para que después se nos mezcle todo y se nos haga un lío.
-Está bien, Tom Sawyer, todo eso suena muy lindo, pero lo que yo querría saber es cómo demonios van a rescatar a estos tipos si no sabemos lo que quiere decir rescatar... Eso es lo que yo querría saber. A ver, pensemos, ¿qué podrá ser?
-Bueno, no sé. Pero tal vez si los tenemos hasta que los reaten puede ser que signifique que los tenemos hasta que se mueran.
-Ahí sí, eso suena sensato. ¿Por qué no lo dijiste antes? Los tendremos prisioneros hasta que los rescaten a muerte; y van a resultar una verdadera molestia, ahora que lo pienso... Se van a comer todo y siempre van a estar tratando de escaparse...
(...)
-Está bien, no me importa. Pero lo que yo digo es que es estúpido hacer eso. Bueno ¿y a las mujeres las matamos también?
-Ay, Ben Rogers, si yo fuese tan ignorante, te juro que trataría de disimularlo. ¡Cómo vamos a matar a las mujeres! ¿Dónde se vio cosa así en algún libro? Hay que traerlas a la cueva y tratarlas con amabilidad... hay que ser dulces como la miel. Y después ellas se enamoran de uno y ya no quieren volver a su casa nunca más.
-Bueno, si eso es lo que hay que hacer, está bien. Pero tampoco me parece bien. Dentro de poco vamos a tener la cueva tan repleta de mujeres y de tipos que hay que rescatar que ya no vamos a tener lugar para nosotros, los asaltantes. Pero sigan, nomás, no voy a decir nada más.

Las aventuras de Huckleberry Finn- Mark Twain. Se me ocurren muchas cosas que decir, que es genial, ya se comprueba por sí solo, no hace falta que lo diga, pero en especial este capítulo, el segundo en mi edición y creo que en todas, es espectacular, no podés parar de reírte. Yo quisiera ser como Huck, aunque sin su padre y sin violencia (?

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