sábado, 8 de diciembre de 2018

El señor Jeavons, el psicólogo del colegio, me preguntó una vez por qué 4 coches rojos seguidos hacían que fuese un Día Bueno, y 3 coches rojos seguidos un Día Bastante Bueno, y 5 coches rojos seguidos un Día Súper Bueno, y por qué 4 cohces amarillos seguidos hacían que fuese un Día Negro, que es un día en que no hablo con nadie y me siento a leer libros solo y no almuerzo y No Corro Riesgos. Dijo que yo era una persona muy lógica y que le sorprendía que pensara de esa manera, porque no era muy lógica.
Le dije que me gustaba que las cosas siguieran un orden preciso. Y que una manera de que las cosas siguieran un orden preciso era siendo lógico. En especial si esas cosas eran números o un razonamiento. Pero había otra formas de poner las cosas en un orden preciso. Y por eso yo tenía Días Buenos y Días Negros. Le dije que hay personas que trabajan en una oficina y que al salir de casa por la mañana ven que brilla el sol y eso hace que se sientan contentas, o ven que llueve y eso hace que se sientan tristes, pero la única diferencia es el clima, y si trabajan en una oficina el clima no tiene nada que ver con que tengan un buen día o un mal día.
Dije que cuando Padre se levanta por las mañnas siempre se pone los pantalones antes de ponerse los calcetines y que eso no es lógico, pero siempre lo hace así, porque a él también le gusta hacer las cosas en un orden preciso. Además, cuando sube los escalones lo hace siempre de dos en dos y empieza siempre con el pie derecho.
El señor Jeavons dijo que yo era un chico muy listo.
Yo dije que no era listo. Tan sólo advertía cómo son las cosas, y eso no es ser listo. Sólo es ser observador. Ser listo es ver cómo son las cosas y utilizar la información para deducir algo nuevo. Como que el universo está en expansión o que alguien ha cometido un asesinato.(...)     

El curioso incidente del perro a medianoche-Mark Haddon

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