miércoles, 20 de febrero de 2013

Un pequeño pasajero se sube al tren
vendedor de caramelos a dos por cien
va olvidando poco a poco en el andén 
su niñez y su razón de ser.

Va dejando en cada asiento su soledad
caramelos en paquetes que piden pan
cada venta es un reproche que viene y va,
sin cesar, hacia la humanidad.

Él se siente capaz 
de fumar o robar
no le asombra el dolor
no conoce el amor.

Muchos niños tienen un tren para jugar
pero hay otro niño con un tren de verdad
él no juega, sufre la indiferencia y el mal
está solo con un tren de verdad.

Pequeño pasajero-Vivencia. Qué vergüenza que sea una letra todavía actual. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Abuelito dime tú