viernes, 27 de enero de 2012

Así quedó convenido; y yo pasé uno de los días más melancólicos de mi vida. Porque, injusta e irreflexivamente, pareció natural a todos los reunidos considerarme como una excrecencia de la fiesta. Y para acabar de empeorarlo, todos me preguntaban, de vez en cuando- en realidad, cuando no tenían otra cosa que hacer-por qué no me divertía. ¿Y qué otra cosa podía hacer sino decir que me divertía, a pesar de que no era cierto?

Grandes esperanzas-Charles Dickens.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Abuelito dime tú