Una vez más se dio cuenta de que no sabía concebir la historia, lo que se llamaba en general curso de la historia, y que ésta se presentaba a su pensamiento como el desarrollo de la vida en el reino vegetal. En invierno, bajo la nieve, las ramas desnudas de un bosque son flacas y misérrimas como los pelos de una verruga senil. En primavera, en pocos días se transforma el bosque, se eleva hasta el cielo, y en los recovecos de su follaje es fácil perderse, puede esconderse uno. En esta transformación el bosque se mueve con una rapidez que supera la de los animales, porque el animal no crece tan de prisa como una planta. Y, sin embargo, nadie logra descubrir este movimiento del crecimiento. Siempre lo encontramos inmóvil. Y en esta misma inmovilidad volvemos a encontrar la vida de la sociedad, la historia, que también se mueve eternamente, eternamente muda, aunque sus transformaciones no pueden advertirse de inmediato.
Doctor Zhivago- Boris Pasternak.
martes, 8 de marzo de 2016
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