No empecé a hablar hasta los tres años y la conversación nunca fue mi fuerte. Cuando un desconocido me dirigía la palabra, le contestaba sí, no, no lo sé. Y si insistía, le contestaba lo que quería oír.
Las cosas, una vez pensadas, ¿qué necesidad hay de decirlas?
Tú y yo- Niccolò Ammaniti.
martes, 18 de octubre de 2016
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Abuelito dime tú