No eran conscientes de que las dificultades sirven para poner a prueba el carácter y, una vez olvidada la emoción inicial, se dijeron que ya habían hecho suficiente y que podían rebajar la exigencia. Y así lo hicieron. Cometieron el error de dejar de trabajar, y aprendieron la lección a través de la angustia y el arrepentimiento.
Mujercitas- Louisa May Alcott.
lunes, 22 de julio de 2013
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Abuelito dime tú