Así era el siglo XIX. Siglo de clericales y anticlericales, en que unos y otros luchaban por arrojar a sus adversarios al infierno. En América, en nuestra América al menos, un siglo en que los ateos no dejaban de ser católicos, porque necesitaban el infierno para arrojar a los curas.
América Mágica. Los hombres y los meses-Germán Arciniegas.
jueves, 11 de mayo de 2017
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Abuelito dime tú