LADY W. (Moviendo la cabeza) No lo tome usted a broma. No debe reírse, pues estoy hablando muy en serio. No me gustan los cumplidos y no veo la razón de que un hombre crea agradar a una mujer por el mero hecho de decirle un sinfín de cosas que ni él mismo cree.
LORD D. ¡Oh, pero es que yo las creo! (Toma la taza de té que ella le entrega).
LADY W. Espero que no sea así. sentiría tener que pelearme con usted, lord Darlington. Siento gran simpatía por usted, ¿sabe?, pero no me gustaría nada si creyera que es usted como los demás. Sinceramente, es usted mejor que la mayoría, y a veces me parece como si quisiera hacerse pasar por mala persona.
LORD D. Todos tenemos nuestras pequeñas debilidades, Lady Windermere.
LADY W. ¿Y por qué ha elegido esa precisamente?
LORD D. ¡Bah! Actualmente, una serie de tipos engreídos se mueven en sociedad presumiendo de buenos; así que yo creo que si pretendo ser malo demostraré cierta humildad y buena disposición. Además, hay algo en favor de mi teoría. Si se presume de bueno, el mundo en general le toma en serio. Si se presume de malo, no lo hace. Tal es la asombrosa estupidez del optimismo.
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DUQUESA Mi querido Lord Darlington, ¡pero qué deliciosamente depravado es usted!
LADY W. No; es sencillamente trivial.
LORD D. No diga usted eso, lady Windermere.
LADY W. Entonces, ¿por qué habla usted con tanta trivialidad de la vida?
LORD D. Porque pienso que la vida es demasiado importante para hablar seriamente de ella.
El abanico de Lady Windermere-Oscar Wilde.
martes, 14 de julio de 2015
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