Si hubiera sido alguna de los defensores de Hungría, protegiendo animosamente en un desfiladero la retirada de sus hermanos, que huían a América para libertarse de las crueldades del Austria, hubiérase calificado aquella acción de un heroísmo sublime.
Pero George no era sino un pobre descendiente de la raza africana, protegiendo la retirada al Canadá de unos cuantos negros fugitivos; pero la verdad, somos hartos instruidos y tenemos demasiado patriotismo para que podamos calificar de heroica semejante acción. (...) Cuando algunos húngaros desesperados se abrían paso hacia América, arrastrando las órdenes de prisión y las persecuciones de su gobierno legítimo, la prensa y la tribuna resuenan con aplauso de entusiasmo. Pero cuando algunos pobres africanos desesperados hacen otro tanto, entonces... ¿cómo calificaremos esta acción?
La cabaña del tío Tom-Harriet Beecher Stowe
sábado, 28 de septiembre de 2013
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