Doce voces estaban gritando enfurecidas y eran todas iguales. No existía duda ahora de lo que sucediera a las caras de los cerdos. Los animales de afuera miraron del cerdo al hombre, y del hombre al cerdo, y nuevamente del cerdo al hombre; pero ya era imposible discernir quién era quién.
Rebelión en la granja-George Orwell.
sábado, 29 de diciembre de 2012
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Abuelito dime tú